La importancia de las Islas Griegas se intensificó cuando en los años sesenta Carolina de Mónaco y miembros de la familia Onassis se interesaron por ellas. Así, el turismo que estas islas comenzó a acoger provocó que el comercio se distinguiera con respecto a otros destinos, haciendo de las clásicas compras la búsqueda de lo más selecto y exclusivo.
Productos típicos
Así, la elaboración de los productos típicos fabricados a base de cerámica, madera y cuero resurgió para satisfacer la demanda de los turistas. Son famosas pues las sandalias y las mochilas de cuero, y con respecto a la cerámica, se pueden encontrar réplicas fabulosas de auténticas obras de arte griegas. También para la decoración del hogar son interesantes las alfombras tejidas con lino, cuyos precios además suelen ser muy asequibles. .
Con respecto a los consumibles, existen productos típicos que constituyen auténticos lujos para el paladar como lo son los exquisitos quesos de oveja y de cabra, entre los que destaca el famoso feta -exportado a todos los rincones del mundo- y los quesos de Creta. Los dulces elaborados a base de una riquísima mezcla de almendras y miel y la propia miel en sí constituyen otro de los tesoros gastronómicos que se pueden llevar al país de origen sin ningún remilgo.
Pero sin duda alguna las joyas son lo más buscado, y no solo por sus atractivos y originales diseños, sino por la calidad de la plata y el oro empleado en los detalles orfebres.
Y para llevarse consigo el alma de estas islas, nada como las aguas de colonia de Zacinto. Estas delicadas esencias se elaboran con las flores que crecen en estas islas y sus notas nos transportarán a ellas una y otra vez.