En las islas Jónicas se encuentra este tesoro insular llamado Cefalonia. Basta mirar una imagen de la isla para ver la magia de este destino flotando en el reflejo de sus límpidas aguas. Dada su extensión es aconsejable alquilar un vehículo para no dejar ningún espacio sin explorar, pues el listado de pueblos y playas con encanto es interminable.
Qué ver y qué hacer
Su capital, dotada de puerto, es Argostoli. Como en casi todas las islas, cuenta con un museo arqueológico. También destacan dentro de las visitas culturales la Biblioteca de Korgialeneios y el Museo Folclórico e Histórico; y en las colindancias se recomienda pasear por la Plaza Valianos donde montones de restaurantes y cafeterías supondrán un descanso acertado para el turista.
Si se buscan pueblos singulares, hay que viajar hasta Crane para contemplar los restos de su acrópolis, su templo y su pórtico. También destacan Ayios Andreas y su capital medieval, Lakizra y sus tumbas micénicas, y Vlajata y sus monasterios. Finalmente, gustan Cataeli, Scala, Poros, Melisani y Assos. Y si es posible, imprescindible, acudir a la isla vecina de Ítaca.
Sus playas y calas gozan de una calidad insuperable. Hay muchísimas, pero son excepcionales las de Mirtos, Xi, Petani, Kaminia, Macris Gialos, Lixuri, Lourdas, la nudista Antisamo, Fiskardo, Kipuria, Karavomilo y Samis, entre otras.
Para comer, hay que aprovechar la escapada a Lassi donde la comida local se convierte en manjar de dioses. Y en la capital, el Ampelaki se ha ganado el puesto de honor entre los más recomendados.