La isla de Samos es una de las islas pertenecientes a las islas del Egeo Norte. Esta ciudad que recuerda a insignes filósofos y matemáticos destaca por el marco natural en el que se halla inmersa. Samos es su capital y en su extensión destacan sus cadenas montañosas que conducen a bahías llenas de vegetación que supondrán lugares dignos de una obra mitológica. Pero la belleza de esta isla no acaba aquí: pueblos con encanto repartidos en toda la isla, enclaves de interés arqueológico, iglesias y monasterios y cocina griega en su estado puro aguardan al viajero menos impresionable.
Qué ver y qué hacer
Así, entre sus pueblos destacan Pithagorio, Cocari, Carlovasi -de los más auténticos-, Cosmadei -lugar donde se halla la cueva en la que se refugió Pitágoras- y finalmente Milos, Paleojori y Calicea. De sus monasterios, son reconocidos el de la Virgen de la Cueva, entre otros muchos que se encontrarán durante las excursiones a estos lugares. Y por supuesto, es imprescindible una visita al Hereo, cuyo santuario dedicado a Hera es el más relevante por su antigüedad.
Buscando playas, no faltarán opciones aunque se recomiendan Tsambu, Potami, Lemonakia, Gaku, Cocari, Carlovasi, Galasio, Posidonio, Psili Amos y Hereo.
Además del famoso yogur griego con miel, si se viaja en pareja, hay que dejarse seducir por los platos del Irodion Garden ya que es uno de los mejores y más románticos, ubicado Pithagorio. Y para la noche, será un acierto explorar la capital en la búsqueda del local ideal para disfrutar de las horas más atractivas.
Foto: jtkfr